Si en la primera parte Shrek debía combatir dragones y caballeros, en esta secuela el enemigo es igual de formidable: los padres de Fiona, que los han invitado a su reino para conocer a los recién casados.
Desde luego, los suegros ignoran que el flamante esposo es un ogro y los líos subsiguientes (incluyendo al mejor personaje del filme, un gato mercenario) son bastante divertidos. Pero lo mejor de Shrek 2 radica en la parodia que contiene, ya no del cuento de hadas, sino del propio Hollywood. Un filme de animación entretenido, ágil, para público de todas las edades.
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